Descripción
Este juego de cubos lidia exclusivamente con la relación entre cubos idénticos entre sí, cada cubo haciendo uso de un lenguaje inherente a sí mismo y a sus propiedades tal y como son contempladas por le ojo humano. El juego nos pone en contacto con una serie de sentimientos y sensaciones primordiales y poéticas: precariedad, inestabilidad, rigidez, riesgo, audacia, solidez, levedad, sorpresa, tensión, fragilidad, razón, fuerza, funcionalidad, ritmo, vacío, plenitud, extrañeza, armonía, espontaneidad, rigurosidad, habilidad, complejidad…
Estos son solo algunos de los numerosos elementos de la poética arquitectónica que aparece en la mezcolanza final, que es, por supuesto, incuantificable a la vez que indescriptible; no existen palabras que pudieran tomar el lugar del lirismo del resultado final.
En las palabras del escritor Suizo Rober Walser, «Todo trabajo bien hecho, incluso el más trivial, requiere inspiración poética». Presentamos este juego de cubos con la idea de que pueda servir para revelar en los jugadores la clase de reacciones que tomamos cuando observamos y descubrimos sensaciones inesperadas. Estos sentimientos, que usualmente aparecen de forma borrosa al principio, pueden llevarnos a reevaluar nuestro sentido del humor, nuestras habilidades analíticas o nuestra predisposición a estos nuevos sentimientos.
El juego consiste en la unión de cubos tangencialmente mediante el uso de uno de sus lados, liberando así las figuras de la más predecible, lógica mecánica de su función de soporte. Esto nos da una sensación de irrealidad que aumenta la experiencia.
Autor: Javier Bermejo.
Hecho por PICO PAO
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