Descripción
Por este motivo, el juego de Nirvana puede ser divertido e instructivo. Pero, sobretodo, es un juego contemplativo. Al ver como la peonza se convierte en una plomada, podemos sentir el gran poder de atracción al que conocemos como gravedad. La cuerda que sujeta la peonza está sujeta a dicha fuerza, lo que la vuelve rígida y la estira, haciendo que la peonza permanezca inmóvil y aparentemente anclada al espacio y extremadamente pesada. La escena al completo nos hace sentir una sensación física gravitacional que nos lleva a preguntarnos porqué no somos conscientes de ello tan a menudo cuando estamos de pie, sosteniendo nuestro propio peso. Seguimos observando, nada sucede, en un tipo de silencio mental: estamos contemplando.
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