Descripción
ORÍGENES DEL JUEGO
Más allá del hecho de que proviene de China, se sabe poco sobre los orígenes precisos del Tangram. La primera mención escrita aparece en un libro chino del año 1813. Sin embargo, hay evidencia del año 1742 de un rompecabezas japonés llamado «ch’ich’ae pan», (rompecabezas de las 7 piezas), palabra que data de de la era Chu, que se extendió del 740 al 300 a. C. Esto ha llevado a varios investigadores a situar los orígenes del juego en esta época remota. Mientras que la palabra Tangram fue acuñada hace poco más de un siglo por un norteamericano, en chino el juego siempre se ha conocido como «el tablero de la sabiduría» o «el tablero de los 7 elementos«.
Como resultado de la publicación china de 1813 que describe el rompecabezas, la popularidad del Tangram se extendió rápidamente por Europa y América del Norte, convirtiéndolo en el Cubo de Rubik de su época. Se publicaron numerosos libros que representan las figuras que se pueden crear. Estos se limitaron inicialmente a los varios cientos de formas descritas en los libros y textos chinos, pero las nuevas formas y formas ampliaron el número a alrededor de 900. En 1973, los diseñadores holandeses Joost Elffers y Michael Schuyt crearon, con una nueva versión rústica del Tangram que habían concebido, 750 nuevas cifras, elevando el número total a más de 1,600.
Una leyenda china relacionada con el juego hace referencia a una pelea entre el Dios del Trueno y el dragón Yu que provocó que el cielo cayera a la tierra en 7 piezas. Las piezas eran tan negras que absorbían toda la luz del mundo, borrando así las formas de todos los objetos de la faz de la tierra. El dragón, entristecido por tan trágico suceso, tomó las 7 piezas y se dispuso a construir las diferentes formas y seres que habían existido, comenzando por las plantas, los animales y los humanos.
NUESTRA APORTACIÓN
La novedad de este Tangram magnético es que funciona en tres dimensiones e incluye un nuevo elemento: necesita existir un equilibrio entre las 7 piezas. La atracción entre los tans (piezas del tangram) es lo que, en última instancia sostiene las figuras y hace que su manejo resulte tan satisfactorio.
Las figuras, sosteniéndose en pie, pueden verse desde varios ángulos y ser disfrutadas desde cualquier perspectiva.
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